Trabajando por los derechos humanos de los pueblos indígenas

Desarrollo

El 9 de agosto conmemoramos el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, efeméride establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994. Hoy, en todo el mundo, existen al menos 5.000 grupos indígenas y tribales compuestos por 370 millones de personas que constituyen alrededor de un tercio de las 900 millones de personas que han sido condenadas a vivir en extrema pobreza. Hablamos de personas que, según datos de la ONU, constituyen algo menos del 5% de la población mundial y que, pese a ello, salvaguardan el 80% de la biodiversidad del mundo.

Reconociendo su gran diversidad, los pueblos indígenas, tribales y originarios, actuando como guardianes de la tierra para la siguiente generación, suelen compartir un valor clave: la estrecha relación entre su identidad, su estilo de vida y sus tierras. Perderlas implica perder su identidad y verse desposeídas y desposeídos de su soberanía y de los medios que posibilitan su vida.

Pese a los avances legales en la protección de sus derechos, las tierras en las que habitan los pueblos originarios siguen siendo apropiadas, vendidas, alquiladas, saqueadas y contaminadas por gobiernos y grupos de interés públicos y privados. Excluidas y excluidos de los procesos de toma de decisión de sus propios territorios, hablamos de personas que han sido y siguen siendo, en muchos casos, marginadas, explotadas y sometidas a represión, tortura y asesinato cuando alzan la voz en defensa de sus derechos.

La situación, de nuevo, es aún más dramática para las mujeres y las niñas. Según el informe “Los pueblos indígenas y el cambio climático” de la OIT, los desastres ambientales amenazan con agravar la situación de vulnerabilidad de muchas mujeres indígenas que, al tiempo que soportan simultáneamente la carga de generar ingresos y ocuparse de las tareas del hogar, sufren una mayor exposición a situaciones de marginación, exclusión social y económica. Así, fruto de la crisis climática, del expolio y destrucción de sus hogares, muchas mujeres y niñas indígenas se ven obligadas a huir y buscar trabajo en la economía informal, asumiendo trabajos precarizados o viéndose explotadas por la industria proxeneta.

Frente a todo ello, la Cooperación Foral de Bizkaia ha venido impulsando, de la mano de las organizaciones de la sociedad civil del territorio histórico, proyectos centrados en la promoción de los derechos individuales y colectivos de los pueblos originarios. Intervenciones que responden a la agenda de sus propios beneficiarios, que sitúan a las mujeres en el centro y que contribuyen a la cooperación y comprensión intercultural de la humanidad y a la resiliencia ecológica del planeta.

Fortaleciendo el sistema plurinacional de comunicación mediante formación e incidencia desde los derechos y equidad de género

El Centro de Formación y Realización Cinematográfica (CEFREC) de Bolivia, de la mano de la ONG de desarrollo Mugarik Gabe, busca fortalecer las capacidades políticas y comunicacionales de 5 organizaciones indígenas con el objetivo de que su trabajo continué permitiéndoles enfrentar el racismo y la discriminación, denunciar y prevenir la violencia machista, y difundir el paradigma del Vivir Bien para preservar la naturaleza.

Mujeres tseltales y ch ́oles impulsan la gestión de los recursos hídricos y habitacionales para mejorar la calidad de vida

La negación del acceso y disfrute al agua y a la vivienda, sumada al empobrecimiento del Estado de Chiapas (México), ha conducido a las comunidades zapatistas a organizarse para defender su territorio y proteger sus recursos naturales dando cumplimiento íntegro a dichos derechos humanos. Partiendo de su reivindicación, Lumaltik acompaña un proyecto focalizado en el fortalecimiento de las capacidades técnicas, políticas y organizativas, principalmente de las mujeres, a fin de garantizar el ejercicio de sus derechos y la autogestión de sus recursos energéticos.

Puede ser una imagen de 9 personas, personas sentadas y personas de pie

Desarrollo comunitario, equitativo y sostenible garantizando el derecho al agua y el empoderamiento de mujeres indígenas

En la comunidad El Quetzalito (Guatemala), todas las personas viven por debajo del umbral de la pobreza. La población camina un kilómetro para conseguir agua y el abastecimiento familiar recae en las mujeres y la infancia. Ante esta situación, Oscarte se encuentra gestionando un proyecto  enmarcado dentro del Plan de Desarrollo Integral de Petén 2032 que responde a las demandas de la comunidad El Quetzalito y que está orientado a fortalecer las capacidades humanas locales y a empoderar a las mujeres indígenas impulsando acciones dirigidas hacia la promoción del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Empoderamiento social y político de la Comic Guamote, para el ejercicio de sus derechos

SETEM Hego Haizea persigue, a través de este proyecto, apoyar a las mujeres de las 21 asociaciones que conforman la Corporación de Mujeres Indígenas del Cantón Guamote (COMIC-G), del Ecuador, en su lucha por el derecho a una vida libre de violencias. Para ello, la propuesta plantea fortalecer a las mujeres de las asociaciones en el conocimiento de sus derechos y rutas de atención del Cantón, y las apoyará en su ruta de incidencia para la aplicación de la Ordenanza Cantonal Contra La Violencia. Asimismo, la intervención apoyará la mejora de la gestión de sus huertos familiares para poner fin a la precariedad alimentaria que asola al cantón.

Mujeres indígenas maya Kaqchikel, Q́eqchi’ y Poqomchi' fortalecen su identidad y liderazgo para la defensa de sus derechos individuales y colectivos

Conscientes de la pobreza multidimensional que afecta a Guatemala, este proyecto de la Fundación Intered se encuentra abordando en la actualidad, desde un enfoque interseccional, las múltiples violencias que viven las mujeres indígenas en el ejercicio y defensa de sus derechos individuales y colectivos: Violaciones de los mismos que pasan por el nulo reconocimiento por parte del Estado a las mujeres mayas como sujetos políticos, por el avance de la política extractivista que pone en peligro la diversidad natural y cultural del territorio, o por el despojo de sus tierras. En síntesis, esta intervención aspira a fortalecer la identidad, la articulación y la capacidad organizativa de las mujeres mayas, y a promover alternativas sostenibles para el cuidado, la protección y defensa del territorio.