Hemeroteca verano 2024

Las memorias de Echevarria S. A.

El origen de la desaparecida Fábrica Echevarria se remonta a 1878, cuando Federico Echevarria Rotaeche, su padre y su hermano menor compraron el caserío Rekalde y sus terrenos, situados junto a la Basílica de Begoña. Vendieron la parte baja de dichos terrenos a la Fábrica Municipal de Gas y adquirieron otros terrenos colindantes.

Los Echevarria empezaron con un modesto taller de laminación y estampación de hojalata, ampliado después para la fabricación de calderería y baños galvanizados. En 1886 comenzó la fabricación mecánica de clavos de herrar, que se comercializaron en el extranjero. La empresa suscribió un contrato con Frederick Siemens para instalar en 1894 el primer horno de acero Siemens en el Estado. Su progresiva expansión continuó con la adquisición de la fábrica de alambres Santa Ana en Castrejana y la fábrica de hierros y fundición de Santa Águeda a orillas del río Cadagua. En 1902 se constituyó la Sociedad Federico Echevarria e Hijos, que en 1920 pasó a ser Echevarria SA.

Echevarria jugó un importante papel en el movimiento asociativo empresarial que acompañó a la industrialización vizcaína de la época, de manera que fue uno de los fundadores de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao en 1886. La Biblioteca Foral de Bizkaia custodia memorias de la empresa desde su segundo ejercicio (1921).

La gallina vasca : aldizkari satirikolari ironiko sarkastiko umoretsu superonanistiko surrealistikoa

La gallina vasca fue una publicación de la que se publicaron 141 números desde agosto de 2009 hasta agosto de 2019. El contenido se inspiraba en la actualidad: la transformaba para hacer reír a los lectores, al tiempo que provocaba la reflexión. El Salón del Cómic de Barcelona los nominó al mejor fanzine del Estado en 2016.

Su trayectoria fue a contracorriente tanto en el contenido como en el continente: empezaron a publicar en un momento raro, cuando las ediciones impresas estaban en retroceso y la publicidad había pasado del papel a internet. Se imprimían 3000 ejemplares en rotativa y tenía el formato físico de un periódico, porque de alguna forma su vocación era servir como parodia de un diario, con voluntad de creación artística o crítica social. Por eso, el formato físico era el de un periódico, pero el contenido era el de una revista satírica. Se incluían noticias inventadas, viñetas, fotomontajes, comics, ilustraciones, textos literarios, etc. Sus redactores y dibujantes utilizaban el humor como herramienta de entretenimiento y concienciación social.

En ella participaban unos treinta colaboradores. Hasta 2013 se publicó de manera quincenal y, a partir de ahí, de forma irregular. Se distribuía en quioscos, revisteros, bares y librerías especializadas. La Biblioteca Foral de Bizkaia cuenta con la colección completa de La gallina vasca.