¿Por qué el Ecofeminismo se presenta como una corriente alternativa al modelo de desarrollo neoliberal?

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Hoy 28 de julio es el día en el que la humanidad habremos terminado de consumir la totalidad de los recursos naturales disponibles que la Tierra puede generar en un año. En la fecha, conmemoramos el Día de Sobregiro de la Tierra (Earth Overshoot Day en inglés), evento de suma importancia para la concienciación y el cuidado del medioambiente. Es por ello que las ONG y entidades de Bizkaia que trabajamos en cooperación al desarrollo y que impulsamos unas políticas públicas para lograr una sociedad más justa, queremos compartir un coloquio entre las activistas ecofeministas Dina Garzón y Mariana Soto, que tuvo lugar en el marco de las Jornadas “Alternativas Globales al Machismo Hegemónico” organizadas por la Diputación Foral de Bizkaia el pasado 23 de noviembre.

Dina Garzón, es Coordinadora de la asociación Red Ecofeminista, un grupo constituido para apoyar el ecofeminismo para el cambio de modelo político y ético. Por su parte, Mariana Soto es miembro de la Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila, una organización ambientalista y feminista sin ánimo de lucro que lleva 32 años aportando a la construcción de una sociedad sustentable, justa, democrática y en paz.

Elikadura, erauzketa, energia... Zure ustez, badago Ekofeminismoa presentzia handiagoa lortzen ari den eremuren bat?

Mariana Soto Lopez (MSL): Las mujeres han estado presentes en todas las luchas por la defensa de los territorios y la naturaleza, sería difícil identificar los ámbitos en los que tienen mayor presencia. En Medellín (Colombia) y desde nuestro quehacer por los derechos humanos de las mujeres, la soberanía alimentaria y la economía solidaria, podría resaltar la apuesta de las mujeres campesinas por transitar de la agricultura convencional con agrotóxicos a la agroecología, aportando así a la soberanía alimentaria, la protección de los bienes comunes de la naturaleza y la defensa de las territorialidades campesinas. Desde la praxis ecofeminista se ha logrado posicionar, y cada vez con mayor fuerza, la pregunta por las relaciones entre los géneros y el lugar de las mujeres en los movimientos por la soberanía alimentaria y la agroecología, incorporando la equidad de género como principio fundamental, así mismo, el ecofeminismo ha logrado cuestionar el acceso inequitativo a la tierra, el impacto diferenciado de género por la degradación de los bienes comunes y división sexual del trabajo en los sistemas agroalimentarios.

El feminismo en la agroecología cuestiona las relaciones patriarcales profundamente normalizadas en agricultura familiar campesina, marcada por una división sexual del trabajo en el que el hombre continúa al frente de lo productivo mientras que la mujer es relegada a labores reproductivas, negando así posibilidades de autonomía económica y el acceso a la propiedad de la tierra. Las relaciones de poder patriarcales son cuestionadas tanto en el predio campesino como en los movimientos y organizaciones por la soberanía alimentaria.

Dina Garzón (DG): considero que en el ámbito de agricultura ecológica y la soberanía alimentaria hay muchas mujeres poniendo en marcha proyectos ecofeministas a lo largo y ancho del planeta. Es una disciplinas que puede considerarse como un ejemplo claro de prácticas ecofeministas, pues aúna los avances de la ciencia con los conocimientos tradicionales de las mujeres campesinas. En el ámbito de las energías renovables y la descarbonización del sistema energético, las mujeres están tomando la voz cantante en muchas iniciativas contra la pobreza energética y liderando comunidades energéticas que sin duda es la herramienta fundamental con la que contamos actualmente para descentralizar y democratizar la energía. El reto actual es que las mujeres tengamos un papel relevante en esta transformación tan necesaria.

Hitz egin diezagukezu

MSL: Desde la Corporación Penca de Sábila consideramos fundamental indagar por la situación integral de las mujeres defensoras del territorio y los bienes comunes de la naturaleza, cómo están en términos de su salud, de sus derechos sexuales y reproductivos, de violencias basadas en género que enfrentan y sus condiciones de vida en general, pues el cuidado y el autocuidado, en muchas ocasiones, pasa a un segundo plano. Así mismo, el aporte de las mujeres defensoras suele ser invisibilizado, sus agendas como mujeres rurales y campesinas suelen ser relegadas en las organizaciones y movimientos, pasan por situaciones internas de violencia política o por discriminaciones derivadas de la asignación de roles hegemónicos de género. La equidad de género no solo debe posicionarse en los sistemas agroalimentarios sino también en los movimientos que los defienden, es un accionar en doble vía que suele ser bastante desgastante para las mujeres.

DG: Son múltiples los impactos que afectan a las poblaciones locales cuando nos referimos a los grandes proyectos extractivistas que se planifican en el Sur Global y en las “zonas de sacrificio” del norte. Los impactos más evidentes y visibles son la pérdida del territorio donde residen y la devastación de los ecosistemas, que les obliga a migrar, así como la contaminación de esos territorios que enferman a las poblaciones locales y les imposibilitan continuar con sus formas de vida y sustento tradicionales. Hay impactos terribles que no son tan evidentes pero que afectan muy duramente la vida de las mujeres vulnerables como son el alcohol y la prostitución que aparecen asociados a estos grandes proyectos transnacionales. Al ser las mujeres la más afectadas y al ser ellas las que quedan al cuidado de sus familias, son también ellas las que lideran en gran medida la oposición, pues son perfectamente conocedoras de las desgarradoras consecuencias que tendrá en sus vidas y en las de su comunidad la llegada de estas empresas extractivistas que únicamente dejan desolación allá donde van. Por supuesto, quienes obtienen los beneficio se sientan en despachos situados a muchos kilómetros de distancia que es también donde se toman las decisiones con intereses muy diferentes a los de la población que allí reside.

Hitz egin diezagukezu ikuspegi ekofeministatik lan egiten duen zure inguruko esperientzia zehatzen bati buruz?

MSL: La Corporación Penca de Sábila articula la producción agroecológica de base campesina en un Circuito Económico Solidario dinamizado por la Tienda de Comercio Justo Colyflor, ubicada en Medellín (Colombia). En Colyflor el 62% de la producción es de manos de mujeres campesinas, allí la incorporación de la apuesta feminista implica proporcionar condiciones para que las mujeres campesinas accedan con garantías dignas a la producción de la tierra, para que ellas y sus familias fortalezcan y diversifiquen el autoconsumo de alimentos orgánicos y para que mediante la comercialización accedan a recursos económicos.

Las mujeres campesinas productoras articuladas en la tienda de comercio justo Colyflor también integran organizaciones feministas defensoras de derechos, la Red Intercorregimental de Mujeres de Medellín con 172 mujeres y la Red Intermunicipal de Mujeres del Norte del Valle de Aburrá con 169 mujeres, son escenarios en los que las mujeres han logrado apropiar sus derechos humanos, cualificar sus capacidades para la participación social y política, y con mayor determinación liderar procesos de defensa del territorio y los bienes comunes. Las Redes son escenarios de protección y cuidado para las defensoras, y desde donde se actúa para la denuncia de situaciones de violencia política, discriminación y hostigamiento en el movimiento social.

En Medellín el movimiento campesino logró la aprobación del Distrito Rural Campesino, figura de ordenamiento territorial que protege la vida y economía campesina en la ciudad, en esta figura las mujeres campesinas lograron incorporar sus necesidades, apuestas y demandas no solo en términos de la producción agropecuaria sino también frente a la garantía de su derecho a una vida libre de violencias, buscando mecanismos de atención locales y contextualizados. Ésta sería entonces una praxis ecofeminista en tanto parte de la situación de las mujeres campesinas en un territorio especifico marcado por relaciones patriarcales y capitalistas, y de cómo las condiciones de ese territorio las afectan de manera diferenciada.

DG: Desde luego, porque tengo una muy cercana que es la Cooperativa (Lasgaya Soc. Coop) que hemos creado unas compañeras y que concebimos con una perspectiva ecofeminista. Tanto en la forma de trabajar, como en la conciliación, como en los proyectos que acometemos, el nuestro es un planteamiento integral ecofeminista. Para poner un ejemplo, realizamos actualmente el asesoramiento para introducir la mirada ecofeminista en la Comunidad Energética navarra de Gares/ Puente la Reina. Este es un proyecto que aspira a abordar una transformación profunda en línea con el cambio hacia un modelo energético descarbonizado, descentralizado, democrático y feminista, y por lo tanto, nos resulta de los más inspirador y apasionante participar en iniciativas de estas características.