La situación del Sáhara tras volver a la guerra

Desarrollo

Chaba Seini es la Secretaria General de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (UNMS). En el marco de una gira por diversos territorios europeos, ha visitado la Dirección de Cooperación y Diversidad. La Cooperativa Munduz Mundu y Mansura Bachari, representante de la UNMS en el Estado español, la han acompañado para tratar la realidad del pueblo saharaui y especialmente la lucha de las mujeres en este contexto.

La situación del Sáhara representa una de las denominadas crisis prolongadas. Tras 47 años de conflicto, la desatención global que sufre hoy en día debido, entre otras cuestiones, a la emersión de otras crisis multifactoriales, no contribuye a avanzar en la lucha del pueblo saharaui por su independencia. En este contexto, la gira que está realizando la Secretaria General de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis permite reabrir espacios de incidencia.

Han pasado ya 31 años desde que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobara el desarrollo del Plan de Arreglo, que recogía el acuerdo de un alto al fuego, el establecimiento de la MINURSO -Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental- y la preparación y celebración de un referéndum para el Sáhara Occidental. Sin embargo, la dificultad en su implementación ha sido tal que a día de hoy las partes del conflicto siguen enfrentadas y los esfuerzos de las Naciones Unidas en los procesos de paz no se han materializado en una solución sólida. La Secretaria General de la UNMS explica que los objetivos de Marruecos en el Sáhara no se corresponden con los intereses del pueblo saharaui, y que, por tanto, la identificación de puntos comunes de acuerdo entre el Frente Polisario y Marruecos es una tarea compleja.

En este contexto, la lucha de las mujeres saharauis es arriesgada, pero su trabajo es firme. Muchas mujeres han sido víctimas de maltratos, persecuciones e incluso asedios. Ejemplo de ello es la vivencia de la activista Sultana Jaya, que también visitó la Dirección el pasado mes. El dolor y el desgaste tanto físico como psicológico del pueblo saharaui después de tantos años es inconmensurable. Las mujeres explican al equipo de la Dirección que todos sus conocidos han perdido a alguien en el conflicto.

Junto a la preocupante situación humanitaria que se vive en los campamentos y en territorio ocupado, requiere especial atención el extenso muro que separa la zona ocupada de los territorios liberados. Entre otros hechos, el uso de minas antipersona y drones ha provocado graves lesiones e incluso ha causado la muerte de civiles

La Secretaria General afirma con convicción que la lucha del pueblo saharaui por el referéndum es firme y tiene un objetivo político claro. Se busca alcanzar la independencia y no seguir postergando una situación que arrastra el continente africano desde la época colonial. Ante la ineficacia de las vías de negociación previas, el anquilosamiento de la crisis y el incremento en las tensiones, el Sáhara ha vuelto a la guerra. Sin embargo, tanto Chaba Seini como Mansura Bachari aclaran que el pueblo saharaui no es partidario de tomar las armas.

La ruptura del alto al fuego tuvo lugar en noviembre del 2020 provocando una escalada en el conflicto. A ello se suma la incertidumbre que caracteriza al panorama internacional actual y a las relaciones geopolíticas, que impacta también de forma directa en el Sáhara. Otros factores preocupantes son el aumento de los precios de bienes básicos como los alimentos y la pérdida de visibilidad del conflicto, por el foco que ahora mismo supone la guerra de Ucrania.

Los esfuerzos hacia una solución en el Sáhara deben guiarse por el Derecho Internacional y las resoluciones adoptadas por las Naciones Unidas. En particular, el derecho de libre determinación en el marco de la Declaración 1514 (XV) de la Asamblea General debe situarse en el centro. En este camino, la responsabilidad histórica del Estado español requiere liderar el compromiso de solidaridad. Con este fin, la cooperación de Bizkaia seguirá apoyando al pueblo saharaui.