Propuestas del campesinado para un mundo más justo

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“Sur Global” es quizás un término desconocido o poco definido para muchas personas que, aun siendo cercanas y sensibles hacia la defensa de la justicia social y los derechos humanos en cualquier territorio del mundo, no necesariamente se aproximan a los lugares en los que se desarrollan los conflictos globales desde la academia o desde el área profesionalizada de la cooperación. Las ONG de desarrollo utilizan una variedad de términos técnicos que, a menudo, reflejan las  ideas y reflexiones que queremos hacer llegar a la sociedad.

*En la imagen, se aprecia un momento de intercambio de saberes entre mujeres campesinas de varios países, en el marco de una gira de lideresas campesinas bolivianas, colombianas, cántabras y vascas organizada por Mundubat Fundazioa.

Con motivo del Día Internacional de la Lucha Campesina (17 de abril), las ONG y entidades de Bizkaia que trabajamos en cooperación al desarrollo y que impulsamos unas políticas públicas para lograr una sociedad más justa, queremos facilitar la comprensión del concepto “Sur Global”. Lo queremos hacer, además, incluyendo en esa definición las consignas y reivindicaciones de uno de los actores claves que están transformando nuestro mundo desde allí: el movimiento social del campesinado más grande del mundo, La Vía Campesina (LVC). En esta efeméride, las organizaciones pertenecientes a la internacional campesina insisten en la urgencia de poner fin al acaparamiento y la mercantilización de los bienes comunes a manos de los poderes que dominan el sistema alimentario industrial. Éstos últimos, a través del expolio de las tierras agrícolas y del agua, obtienen beneficios crecientes a expensas de la subsistencia de las familias campesinas, la población rural y los derechos de las personas trabajadoras agrícolas migrantes.

En el marco de este 17 de abril, queremos acercar esta denuncia a la sociedad de Bizkaia desde una visión que viene a problematizar el colonialismo. Es ahí donde retomamos el concepto transformador “Sur Global”. Al decir “Sur Global”, dejamos de lado la histórica visión del desarrollo, que hace referencia a una meta indiscutible para toda sociedad humana. Ello nos permite mirar así desde otra visión más independiente y justa ajena al salvaje desarrollo capitalista. También posibilita vislumbrar a las capas sociales empobrecidas de los países enriquecidos que lideran el ranking del crecimiento económico ilimitado, cuyas poblaciones y territorios son explotados gracias a un sistema de poder, el colonial, que sigue perpetuándose en pleno siglo XXI. Hablamos de un sistema de opresión que legitima la etnia, la clase, el género o la territorialidad como categorías válidas para segregar a los seres humanos.

Todos los territorios campesinos pertenecen a ese “Sur Global” al que nos referimos, y resisten frente a uno de los mecanismos más acuciantes del colonialismo del siglo XXI: el despojo territorial. El campesinado conforma una clase social históricamente denostada e instrumentalizada como proveedora de mano de obra barata y de alimentos baratos. También ha sido considerado como un sector social incapaz de cambio ante las injusticias, por ejemplo, sin derecho a la propiedad y a decidir. Es esa concepción colonial del desarrollo la que ha “justificado” intervenciones violentas, aduciendo la necesidad de desarrollo, eliminando la diversidad y negando los conocimientos ancestrales y tradicionales de comunidades indígenas y campesinas.

Frente a la imposición de un determinado tipo de desarrollo, las comunidades campesinas de los territorios acosados por el colonialismo, en especial las mujeres, resisten al sinsentido demostrando tener una concepción arraigada de los derechos humanos, comunitarios y territoriales. Todo ello, nos permite valorar sus propuestas y modelos de organización económica y social como alternativas de vida frente a la crisis climática y de cuidados que está incrementando las brechas de desigualdad. En definitiva, la cosmovisión y formas de organización económica y social del campesinado son ejemplo y salvación frente a la crisis climática en cualquier lugar del mundo, así como lo son también frente a la crisis de los cuidados que está produciendo un malestar exponencial y una apertura creciente de las brechas de desigualdad entre enriquecidos y empobrecidos, mujeres/disidencias de género y hombres, Norte y Sur Globales.

Proyecto financiado por DFB a la Asociación Elkarcredit de Solidaridad que fue ejecutado entre 2021 y 2022 y estuvo destinado a promover la agroecología, la soberanía alimentaria y el feminismo campesino y popular como alternativa para el campesinado en seis municipios de la comarca Tierra Blanca de Nicaragua.