Prevención y tratamiento de la ceguera evitable en la región de Mopti, Mali.

Desarrollo

La Fundación Ojos del Mundo - Munduko Begiak ha visitado la Dirección de Cooperación y Diversidad de la Diputación Foral de Bizkaia. Su directora, Anna Barba Giró, la coordinadora en Euskadi, Miren Rodríguez y el coordinador de proyecto en Mali, Albert Coulibaly, han compartido la labor que realizan desde la Fundación y han hablado sobre el proyecto subvencionado por la Diputación Foral de Bizkaia: “Ojos de Mali 2022-2023. Mejora de la prevención y del tratamiento en la ceguera evitable en la región de Mopti”.

La salud es un ámbito abordado a menudo en los proyectos de cooperación. Sin embargo, la oftalmología es -en ocasiones olvidada- o no priorizada, a pesar de que el impacto de la salud ocular en el acceso a derechos es indudable. Afecta al derecho a la educación, al derecho al trabajo, al derecho a la participación y también a la propia dignidad de la persona. Como ejemplo, la tasa de escolarización y de abandono escolar se ven especialmente afectados por la baja visión o la ceguera. Por todo ello, La Fundación Ojos del Mundo “aspira a un mundo en el que no haya personas innecesariamente ciegas, contribuyendo a hacer efectivo el derecho a la visión”.Para ello, se centra en trabajar la salud ocular y más concretamente la ceguera evitable (prevenible o curable) en cuatro territorios: los campamentos saharauis, Mali, Mozambique y Bolivia.

En sus 21 años de trayectoria, el cambio que ha experimentado la actividad de la fundación ha sido progresivo y notable. Si bien en sus inicios se caracterizaba por una visión de carácter asistencialista, desde hace unos años sus proyectos buscan generar una base local sólida que permita reducir la dependencia, para lo cual enfocan los esfuerzos en la localización, la sostenibilidad y la resiliencia comunitaria. En coherencia, Ojos del Mundo trabaja con las estructuras públicas de salud y con equipos locales, a excepción de una sola persona contratada para el Sáhara. Esto permite contar con el apoyo de las autoridades públicas locales y del sistema público sanitario en terreno. Además, la Fundación es parte del IOTA, Instituto oftalmológico de referencia en el Sahel, y del AIPC, la Agencia Internacional de Prevención de la Ceguera, lo que avala su reconocimiento.

En Mali, el núcleo de su actividad es el fortalecimiento de la atención primaria en los territorios a través del trabajo con médicos tradicionales reconocidos como figuras líderes. Unirse a actores cercanos a la comunidad es una cuestión estratégica, ya que la cercanía, confianza y la credulidad de los sanitarios es clave para generar acercamiento y poder crear un circuito de derivación de pacientes eficaz. Las actividades principales se basan en la promoción y prevención de enfermedades oculares, el tratamiento de las mismas, la sensibilización acerca de la importancia del cuidado de los ojos y el uso del agua, y la formación a profesionales locales.

Asimismo, el contexto de Mali presenta varias dificultades estructurales, entre ellas el aumento de los precios, que se remonta a meses previos a la guerra en Ucrania. Albert y Anna explican que el momento más alarmante se vivió con el golpe de estado de 2021, que supuso el cierre de fronteras. Mencionan también el inconveniente que supone el cambio climático y la consecuente escasez del agua y sequías. El carácter estacional de la agricultura, principal medio de vida de la población, se ha visto afectado por cambios bruscos que han provocado pérdida de cosechas. Ante la falta de ingresos, preocupa el aumento de casos de reclutamiento por grupos armados incentivado por aportaciones económicas.

Los representantes de la fundación reconocen la transversalidad de otras cuestiones relacionadas con el agua que impactan de forma directa en la salud ocular, como el agua y saneamiento o la nutrición. En este sentido, explican que han realizado tareas de sensibilización sobre la importancia del uso del agua en la salud ocular en territorios donde el acceso a la misma era escaso o muy complejo. En estos casos la sensibilización pierde impacto. Frente a ello, han reflexionado acerca de la necesidad de fortalecer el trabajo en red y buscar alianzas. Sin embargo, en un primer análisis explican que la escasa presencia de otros actores trabajando en los ámbitos requeridos -por motivos de seguridad- supone una dificultad añadida. Esto viene motivado por el recrudecimiento de conflictos en terreno, lo que impide también instalar una clínica de atención primaria permanente y estable en Mopti.

El equipo de la Dirección ha vuelto a remarcar la intención de explorar otro tipo de iniciativas institucionales que permitan ir más allá de la concesión de subvenciones, coincidiendo con la necesidad de impulsar el trabajo en red entre diferentes entidades.