COMUNICANDO ESPERANZA Y DIGNIDAD

Desarrollo

En el contexto de posguerra en Guatemala, la Asociación Feminista Civil La Cuerda inicia sus reflexiones feministas en 1997, y publica la primera edición del periódico la Cuerda el 8 de marzo de 1998 con la intención de visibilizar el quehacer, pensar y sentir de las mujeres, y difundir las miradas feministas y luchas sociales. Paula Irene del Cid Vargas, una de las fundadoras de la entidad, ha estado en el mes mayo en Bizkaia, junto con la “Asociación Lumaltik Herriak”.

La Asociación La Cuerda plantea como objetivo central la construcción del sujeto político feminista emancipador, generando y fortaleciendo procesos de concientización y de acción a favor de las mujeres. Reivindican la rebeldía como actitud frente a un sistema que consideran injusto y opresivo; promueven el pensamiento crítico complejo y propositivo a través de metodologías que mueven el sentipensar y alientan la acción individual y colectiva.

Ambas entidades (“La Cuerda” y “Lumaltik”, en consorcio con “Protección Internacional de Guatemala”) están desarrollando en estos momentos el proyecto apoyado por la Dirección de Cohesión Social “Pensamiento crítico, acción y comunicación feministas para la transformación social: hacia una vida digna, saludable y en armonía” en el Departamento de Chimaltenango. La iniciativa cuenta con tres ejes esenciales: formativo, para poder fortalecer las capacidades personales y colectivas de análisis crítico de la realidad; emocional, dirigido a la adquisición de herramientas y mecanismos de protección colectiva y autocuidado en un entorno lleno de riesgos evidentes e incertidumbres; y un último comunicacional, a través de acciones de movilización social y comunicación.

El proyecto plantea, asimismo, la interconexión entre movimientos sociales de Guatemala y Bizkaia con el fin de impulsar y acompañar acciones emancipadoras de sujetos plurales que defienden sus derechos para la construcción de una vida con dignidad, plena y saludable, desde las prácticas feministas. Frente al modelo de producción y consumo neoliberal, intrínsecamente desarrollista y violento, reivindican alternativas que nos permitan avanzar hacia un “Buen Vivir”, poniendo los cuidados y la sostenibilidad de la vida en el centro.