Nueve universidades y una red de entidades y personas colaboradoras tejen el proyecto SOS-VICS. ¿De dónde parte la idea de esta iniciativa y cuáles son los principales logros?
SOS-VICS nace de una clara situación de invisibilidad de las víctimas y supervivientes de violencia de género extranjeras que no hablan el idioma, pese a que la prevalencia de la violencia de género es el doble en las víctimas extranjeras. Creíamos que era necesario averiguar qué se estaba haciendo, cuáles eran las necesidades y ofrecer recursos para mejorar la atención prestada a estas víctimas y supervivientes, que sufren otras barreras añadidas, como las lingüísticas y culturales.
Los logros de SOS-VICS son múltiples, pero habría que destacar que por primera vez se ha llevado a cabo una extensa investigación científica que ha permitido crear materiales especializados de formación para intérpretes sobre la interpretación en violencia de género y de formación sobre el trabajo con intérpretes para agentes, así como recursos informativos dirigidos específicamente a víctimas que no hablan el idioma y no comparten la cultura. Además, SOS-VICS ha permitido que por primera vez profesionales de la interpretación, profesionales de la atención a víctimas (policía, judicatura, abogacía, trabajo social, psicología, medicina, etc.) y representantes de las víctimas/supervivientes se reúnan para hablar sobre cómo debemos mejorar la comunicación y la asistencia lingüística.
¿Cómo es la situación de la interpretación en los servicios públicos?
La situación actual de la interpretación en los servicios públicos en España es ciertamente precaria. En los contextos sociales y sanitarios no se garantiza la presencia de intérpretes, y en los sectores donde sí se reconoce la asistencia de intérpretes (ámbitos policial y judicial) no se garantiza la contratación de intérpretes profesionales con cualificación. Salvo contados casos en los que existen intérpretes en plantilla, las administraciones ponen en manos de empresas la provisión del servicio de interpretación, permitiendo la contratación de cualquier persona sin necesidad de que cuenten con formación o especialidad. Esto ha llevado a que en los sectores social y sanitario a menudo se eche mano de familiares (incluso menores), amistades o personas voluntarias de asociaciones u ONG, que pueden tener conflictos de intereses y desconocen las lenguas, las técnicas de interpretación, el ámbito de trabajo y el código deontológico. Lo mismo ocurre con las y los intérpretes de los sectores policial y judicial, ya que se permite la contratación de cualquiera con independencia de su capacidad para interpretar en entornos tan complejos como el judicial, lo que abarata los costes de las empresas y pone en serio peligro los derechos de las personas asistidas. Hemos documentado casos de intérpretes no-profesionales que aconsejaban a las víctimas retirar las denuncias por agresión o rezar para que Dios las ayudara, que no guardaban la confidencialidad o simplemente no entendían la jerga técnica.
¿Qué dificultades específicas presenta el trabajo de interpretación en situaciones de violencia de género? ¿Qué tipo de especialización requiere?
Las personas que participan en la comunicación, los temas que se tratan, los encuentros comunicativos, el grado de confidencialidad, la carga emocional, la documentación que se maneja, etc. hacen que la interpretación en violencia de género requiera de una formación especializada.
Esta formación incluye conocimientos sobre género y violencia de género, pero también sobre el proceso de atención en violencia de género, la legislación vigente, sobre autogestión emocional, deontología de la interpretación en contextos de violencia de género, antropología, etc. No es lo mismo interpretar para una persona que viene a denunciar un robo que para una persona víctima de violencia de género y las/os intérpretes deben tener especialización, como el resto de profesionales que atienden estos casos.
¿En qué aspectos la atención en casos de violencia de género se ve mejorada mediante la interpretación especializada? En lo que respecta a las víctimas, a profesionales que realizan las intervenciones, al sistema en general...
El beneficio es para todas y todos. Garantizar una buena comunicación permite evaluar adecuadamente el riesgo, generar confianza, destinar los recursos adecuados y ser eficaces en la respuesta y protección a las mujeres; en definitiva, permite garantizar la protección de sus derechos. Las/os intérpretes creamos puentes de comunicación pero cuando la interpretación falla, se convierte en un obstáculo que impide que la persona pueda expresar todo lo que necesita decir, comprender (no solo escuchar) todo lo que se le transmite y decidir sobre su futuro.
La atención a menores víctimas de violencia de género desde la óptica de los servicios de interpretación
Nuestro proyecto no abarca el trabajo con menores, pero es una nueva línea de investigación que ha surgido a la luz de la investigación de SOS-VICS y que necesita ser abordada. Hay otros proyectos europeos que abordan la especificidad de trabajar con menores en el proceso penal (CO-Minor/IN-QUEST), aunque no se ha hecho todavía en menores víctimas de violencia de género.
A la luz del bagaje de este proyecto, ¿cuáles son las principales áreas de mejora en lo que respecta a la interpretación en casos de violencia de género? (entorno institucional, ámbito académico y/o formativo, desempeño profesional, etc.)
Existen 3 frentes fundamentales:
- La formación de intérpretes. SOS-VICS ha creado una web de formación con múltiples recursos y un manual especializado, pero es necesario ampliar y mejorar esos materiales.
- La formación de agentes. La UE prevé la formación del personal judicial para el trabajo con intérpretes, y pensamos que esta formación debería ampliarse al resto de profesionales de los servicios públicos y asistenciales.
- La garantía del derecho a intérprete en todo el proceso asistencial. Hasta ahora solo se garantiza en los ámbitos policial y judicial, pero los ámbitos social y sanitario son fundamentales.
De las necesidades detectadas, ¿a cuáles urge dar respuesta? ¿Alguna propuesta concreta de mejora?
Existen muchas necesidades, pero la más urgente es que debe garantizarse el derecho a interpretación en todo el proceso asistencial, no solo en los ámbitos judicial y policial, y esa interpretación debe ser de calidad. Si no se contratan intérpretes profesionales y no se les exige una formación específica en violencia de género, los derechos de las víctimas seguirán siendo violados y su situación seguirá siendo invisible.
¿Qué continuidad presenta el proyecto SOS-VICS o su línea de trabajo?
SOS-VICS terminó en noviembre de 2014 pero tenemos intención de solicitar una continuación del proyecto en el medio plazo para seguir desarrollando los objetivos y llegar a impartir la formación que tanto se demanda desde los sectores de la interpretación y de la atención en violencia de género. Sin embargo, creemos que ya se ha abierto una nueva línea de trabajo a la que esperamos que se unan personas del mundo académico, científico, profesional y asociativo, para seguir luchando contra la violencia de género desde todos los frentes.
“SOS-VICS nace de una clara situación de invisibilidad de las víctimas y supervivientes de violencia de género extranjeras que no hablan el idioma”
“Por primera vez se ha llevado a cabo una extensa investigación científica que ha permitido crear materiales especializados”
“Las/os intérpretes deben tener especialización, como el resto de profesionales que atienden estos casos.”
“Garantizar una buena comunicación permite evaluar adecuadamente el riesgo, generar confianza, destinar los recursos adecuados y ser eficaces en la respuesta y protección a las mujeres; en definitiva, permite garantizar la protección de sus derechos”
“Debe garantizarse el derecho a interpretación en todo el proceso asistencial, no solo en los ámbitos judicial y policial, y esa interpretación debe ser de calidad”