Los toros

Real Cédula de Carlos IV por la que se prohíbe la celebración de corridas de toros.

En todos los pueblos de Bizkaia, como en el resto de Castilla, la afición por las corridas de toros fue muy grande durante toda la Edad Moderna. Pero los gobiernos ilustrados nunca vieron con buenos ojos estos espectáculos porque consideraban que eran inhumanos y que distraían a la población de sus obligaciones. Por ello, durante el siglo XVIII los reyes Borbones prohibieron la celebración de festejos taurinos varias veces, la última de ellas en el año 1805. La Real Cédula que contenía esta prohibición nos sirve como ejemplo del recorrido que seguían las órdenes que se remitían al Señorío: en primer lugar tenían que recibir el pase foral de los Síndicos que certificaban que su contenido no inculcaba el Fuero; después pasaban al impresor del Señorío para que elaborara los ejemplares necesarios; y finalmente se repartían entre las villas, anteiglesias y Ciudad por medio del sistema de veredas que estaba organizado para que la operación se realizara con la mayor rapidez.