INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS

01 DE ABRIL DE 2025

Gritar no es apoyar: Por qué las indicaciones desde la grada no ayudan a nuestras hijas e hijos en el deporte

El deporte es, para niñas y niños, mucho más que competición. Es juego, aprendizaje, relaciones, emociones y disfrute. Sin embargo, en muchas ocasiones, desde las gradas se genera un ambiente de presión y nerviosismo que poco tiene que ver con esos valores. Gritar, dar instrucciones o corregir constantemente durante un partido no solo no ayuda, sino que puede perjudicar el desarrollo personal y deportivo de quienes están en el terreno de juego.

En este artículo de Kirolbide PRO te contamos por qué es importante dejar de dar indicaciones y convertirnos en el mejor apoyo desde la grada.

¿Por qué no debo gritar ni corregir desde la grada?

Genera presión y ansiedad

Cuando las familias gritan instrucciones, lejos de motivar, suelen generar un exceso de presión. Para niñas y niños, escuchar voces nerviosas o autoritarias desde la grada les puede generar ansiedad, miedo al error o incluso frustración.

Confunde más que ayuda

El equipo ya cuenta con una persona entrenadora que guía y acompaña durante el partido. Cuando desde la grada se dan otras indicaciones, se produce un «ruido» que les desconcierta y les hace dudar de qué deben hacer.

Impide que aprendan a decidir

El deporte es un espacio ideal para tomar decisiones, resolver problemas y aprender a actuar en equipo. Si continuamente reciben instrucciones externas, se les priva de la posibilidad de tomar sus propias decisiones y de desarrollar autonomía.

Afecta a su disfrute

Cuando la atención se centra en la exigencia, el reproche o la corrección constante, desaparece la parte lúdica y emocional del juego. Deporte y disfrute deben ir siempre de la mano.

Daña la relación familiar

Si una hija o un hijo asocia la presencia de su familia en la grada con gritos, exigencias o correcciones, es fácil que termine rechazando esa compañía, o incluso que pierda la motivación por seguir practicando deporte.

Empeora el ambiente deportivo

El ruido, las broncas o los gritos constantes alteran el clima del partido, afectan al resto de familias, a la persona que arbitra y a los propios equipos. El deporte necesita un ambiente positivo, respetuoso y formativo.

¿Qué puedo hacer en lugar de gritar?

  1. Aplaude siempre el esfuerzo y la actitud.
  2. Disfruta viendo cómo aprende, se divierte y se relaciona.
  3. Respeta al equipo contrario, a la persona árbitra y al entrenador o entrenadora.
  4. Anima sin condiciones, independientemente del resultado.
  5. Al finalizar el partido, dile simplemente: «Estoy orgullosa/orgulloso de ti».

Recuerda

El deporte en la infancia y adolescencia no es un escaparate de rendimiento, sino una oportunidad para aprender, crecer y disfrutar. Como familias, nuestro papel es acompañar, animar y cuidar ese proceso, no dirigirlo desde la grada.

Porque cuando gritamos, lo que hacemos no es apoyar. Lo que más necesita quien juega es que estemos ahí, en silencio, con una sonrisa, celebrando cada paso que da.

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