Hasta hace poco, existía un consenso general sobre los beneficios del ejercicio físico en la cognición, especialmente en funciones ejecutivas como la planificación y resolución de problemas. Un metaanálisis de 2020 liderado por Sebastian Ludyga y publicado en Nature respaldaba esta idea. Sin embargo, en 2023, Luis Ciria y personas colaboradoras revisaron 24 metaanálisis y concluyeron que la evidencia no era sólida, cuestionando la relación directa entre ejercicio y mejora cognitiva.

Esta controversia se centra en criterios metodológicos, como la selección de estudios y la necesidad de ensayos controlados aleatorizados. Algunas personas investigadoras sugieren que los ejercicios que implican toma de decisiones y coordinación podrían ser más beneficiosos para la cognición. Aunque se han propuesto mecanismos como la proteína BDNF para explicar posibles mejoras, las relaciones entre cuerpo y mente son complejas y aún objeto de debate científico.