Según  el estudio "Cognitive Health Benefits of Everyday Physical Activity in a Diverse Sample of Middle-Aged Adults Get access Arrow", actividades como caminar o jugar con niños y niñas pueden proporcionar mejoras cognitivas significativas. Estos hallazgos refuerzan la importancia de mantener un estilo de vida activo para preservar la función cognitiva y contrarrestar los efectos del envejecimiento en el cerebro.

Además, investigaciones recientes han demostrado que incluso pequeñas dosis de ejercicio físico pueden reducir el riesgo cardiovascular en mujeres, y que el ejercicio físico, tanto aeróbico como de fuerza, mejora las capacidades cognitivas y puede retrasar la progresión del alzhéimer en personas mayores. 

En resumen, la práctica regular de ejercicio ligero no solo beneficia la salud física, sino que también desempeña un papel crucial en la preservación de la salud mental y cognitiva a medida que envejecemos.